16 de noviembre de 2011

Nada

Nada parece tener mayor sentido que servir
de soporte a universos particulares
sin contaminarlos:
sin constituirlos.

25 de octubre de 2011

Invitación

Hablemos en un idioma inventado o simulado
y digamos todo lo que no ha existido
en la realidad originaria y expropiada.

Ejecutemos acciones imposibles y veamos
cómo cada constelación se convierte en caligramas
universales que dibujan y nombran esencias
optativas. ¿Cuál te llevas a la memoria?

O desintegrémonos de esta tangibilidad cada vez que el viento
se cuele por nuestras hondonadas y la luz del sol
las abandone, infinita.


24 de octubre de 2011

Vicente

Ojos nuevos que pueden prescindir 
de la exploración, que parecen haber ya estado.
No se sorprenden:
comprenden
y con mesura
dimensionan los días iniciales
a través de ideas sin idioma.

13 de octubre de 2011

Beijo

La anulación de todas las razones
o la condensación de todas ellas
cuelga de una cuerda tendida
sobre el abismo de la existencia

puente para alcanzar, inconsciente
la puerta hacia tus entrañas 
como si quisiera volver a encapsularme 
en un útero imaginario 

no puedo aspirar a más
pero tampoco quiero conformarme
y mientras tanto nuestros nombres se diluyen
en un océano paralelo de luz y sombra

no puedo aspirar a más
pero tampoco debo conformarme
y nuestros cuerpos caen oprimidos sobre
ideas e ingenuas pretensiones

no debemos aspirar a más
pero
no podemos 
evitar conformarnos

y se nos pulverizan los huesos, que 
convertidos en unánimes mariposas 
huyen y solo podemos renunciarlas:
el sol es absoluto
nuestras voces mudas 
y mis ojos ciegos porque un beso 
no es irreversible ni perpetuo
como esas rocas 
talladas por la rabia de las olas.

2 de octubre de 2011

Olfato

El olor del pasto mojado
y de la baja tarde
casi ocaso
me provoca paz
y me hace evocar mi infancia.


29 de septiembre de 2011

Ring

Hoy sonó el teléfono. El de la casa. Instantáneamente pensé en ese desagradable acto de levantarse, caminar, doblar, caminar, doblar, levantar el auricular y articular palabras. Pero no tuve que hacerlo. Al otro lado sólo había alguien respirando. ¿Aló?, insistí varias veces, sin obtener respuesta. Sólo una respiración constante. Hasta que cortó.

11 de septiembre de 2011

monocéntrico

Cuando me despierto
cuando me meto a la ducha
cuando desayuno
cuando me pierdo en internet
cuando abro las ventanas, las puertas
cuando piso el asfalto de las calles y las baldosas de las tiendas
cuando veo a los demás
cuando almuerzo, también cuando me lavo los dientes
cuando leo
cuando tomo agua
cuando veo tele
cuando hablo
escucho
pienso 

concluyo
fumo
pero sobre todo
cuando suena el teléfono
cuando me miro al espejo
y cuando me acuesto a dormir


5 de septiembre de 2011

2 de septiembre de 2011

(Otro típico poema sobre Valparaíso)

¿Valparaíso? 
Valparaísos.
Una ciudad piramidal 
de cimas brillantes
y destartaladas
que observan con asombro al mar que con celo 
parece querer reclamarla para sí.  
Esa es la batalla que diariamente libra,
la de una gran nave matriz
contra la inmensidad acuática que la rodea
y contra sí misma,
contra sus adoquines, sus paredes neoclásicas, 
contra sus sinuosidades impulsivamente urbanizadas
y sus elementos precariamente perpetuos.
Cuando en realidad
ignora que sólo debe rodearla el silencio 
inmenso de los lugares hechos 
para encerrar el tiempo, 
como esas botellas que guardan 
pequeños barquitos de madera
y su inmensa soledad,
ese horizonte que nunca habrán de alcanzar. 
Tal es la batalla que guía 
desconsoladamente desde el puerto 
la salida de sus naves
y desde uno de sus cerros
la dirección de mi mirada,
algo nublada,
consternada,
precaria, inmensa, 
ingenua,
mía.

19 de agosto de 2011

Player

Grita el jugador anterior
y ahí va el otro, corre
a recibir la pelota sucia y gastada
cuando es evidente
que ya se ha terminado el juego y el pasto
quiere volver a erguirse y las tribunas
quieren ser abandonadas
porque el público
tiene cosas pendientes
que resolver en sus casas
en sus oficinas
en sus camas
Cosas sin mayor importancia
cuestionará el jugador que ya no grita
sino ríe gutural y gustosamente
al constatar el acertado golpe
de una pelota-bala
que ha atravesado tu piel
y ha expulsado tus vísceras.


27 de julio de 2011

El enchufe de Marat

Suelo deliberadamente desenchufar los cables con una sola mano, la derecha, sin mayor cuidado, e inclusive oprimiendo los dedos contra el enchufe. A veces lo hago con las manos mojadas, por ejemplo, tratándose del secador de pelo o la afeitadora eléctrica. Nunca he sabido bien por qué. O quizás no he querido saberlo positivamente; desterrar la mera y banal prisa, desnudar algún pensamiento suicida. El punto es que cuando hago las dos últimas maniobras, normalmente frente al espejo del baño, y habiendo salido indemne de ellas, visualizo ese cuadro de Jacques-Louis David, La muerte de Marat, y pienso en las posibilidades que no se han hecho realidades. Aunque probablemente para Marat, o lo que habitó su cadáver, ya no haya otra tangible o terrenal realidad. Después simplemente me seco las manos, voy a buscar el celular y el iPod y a apagar el destartalado notebook, que ya estoy atrasado, no sin antes haber desenchufado brutalmente los cargadores de todos ellos. Y salgo a la calle pensando ya no en más enchufes, sino en las esquinas, y en las posibilidades de morir que hay en todas ellas.

Agua caliente

Cuando es invierno y la temperatura afuera hace que el pasto, los autos, los techos, el barrio y la vida se cubran de escarcha, me gusta entrar en la ducha y abrir la llave del agua caliente hasta el punto en que llega a salir gris y empieza a despedir ese vapor que transforma mi baño, el pequeño e insípido baño del siglo XXI, en un sauna lleno, lleno de esa niebla espesa y tibia. Me meto bajo el chorro hirviente de agua, y por un instante soy eterno.

21 de julio de 2011

Espasmo

Cada diálogo histérico de pájaros insomnes
cada latigazo de viento furioso
cada versión de sí mismo
proyectada en su retina
le propinó un certero knockout
de amargura.


11 de mayo de 2011

Vals

Ningún astro lo confirma
ni lo objeta.

A veces
suelo mirar el cielo
contemplarlo
por unos segundos hasta que
cada luminosidad cada punto
inconcluso es la cumbre
de un vals
escuchado en esa galaxia brillante
inasimilable
de la memoria.


1 de abril de 2011

16 de marzo de 2011

Día cualquiera

Hoy
a la hora de almuerzo
me comí dos completos.
Unas horas después
vi con un amigo Psicosis, de Alfred Hitchcock
en inglés y con subtítulos.
También comimos pan
con palta y un poco de carne molida.
Después me dolió la guata.
Y se hinchó también.
Incubé borborigmos, atizantes punzadas
y una incomodidad general
en el centro de mi cuerpo
que me tuvo cabizbajo, abrazado
a mis propios brazos
y con el rostro
deformado en una mueca
de angustia
o tristeza.


Homicida

Una mirada transparente y escrutadora
¿dulce?
disparó a quemarropa contra mi pecho
y me dejó tirado
en el cemento
mirando estrellas.


La gente
atestada en los andenes
la gente que hace filas
largas filas
en los supermercados
en los bancos
y en los paraderos
espera.
Unos esperan llegar a su destino
otros esperan que los atiendan
y todos, en general, esperan
la materialización de un propósito.
Pero yo no espero nada.
Estoy sentado en una silla un poco incómoda
frente a un escritorio de madera
frente a un computador inamigable
y frente a un celular cuya lista de llamadas recibidas
haría presumir una suerte de abandono.
Yo no espero ni siquiera
que alguien venga y me mire
y me diga de una vez por todas
lo que alguna vez esperé oir.


26 de febrero de 2011

¿Estás?

Hecho
Vivencia
Recuerdo
Presencia


Solo

Y contigo
más bien con tu nombre
mantengo un diálogo sin voz

Una lápida
ha sustituido a tus manos y trato, sin fruto
de aferrarme a la piedra que ahora son

Te pregunto
y las respuestas son el ronquido de los árboles
y un ruido de ciudad en sordina.

Reconstruyo el tiempo

Me contaron que exactamente después 

de tu último respiro se escuchó un portazo
y ese florero que odiabas 

cayó abruptamente al suelo, pero no se quebró
tal vez no querías quebrarlo

Me contaron más cosas
que has dado ayuda
que te han visto;
cosas que redundan en la vieja idea 

de que los muertos no nos abandonan
porque francamente
no se puede
soportar
una cadena de ausencias.