8 de agosto de 2012

Ser el tiempo y transitar 
sin prisa 
sin conciencia 
por el ajeno laberinto del pensamiento
y desde él arrebatarte 
cada uno de tus olvidos
para que sueñes 
los mundos que un día te ofrecí
que un día llegaron a ser tuyos

28 de mayo de 2012

Andan sueltos dejando ciegos a sus hermanos.
Dicen ser tú. 
Pero cuando intentas mirarte, sólo ves tu sombra 
en la arena de un desierto al mediodía.

21 de mayo de 2012

Una palabra.
La letra de un crucigrama.
Parte de una de esas letras
o la mitad de otra.
Y la mentira de la realidad que me veo forzado a crear
va siendo progresivamente más inasimilable.
Después veo mis manos, mis dedos
mis uñas.
Están limpias.
Creo
que es el momento de reivindicar eso que se resiste a ser repetido
y que de algún modo me pertenece.
Pero en cada uno
de esos cuadraditos luminosos y sus habitantes
coexisten los mismos lugares 
y sus universos
sin chocarse
y sin querer mirarse: 
la ciudad
desaparece por un momento.

12 de mayo de 2012

Presente universal

Nombrar el presente,
hacer espacio a lo real
en tu palabra,
darle a lo real una palabra
inmediata,
o ceder al vértigo que asalta cuando miras
el fondo vacío de una botella de vidrio
y te dan ganas, repentinamente,
de quebrarla, o cuando ves
una película de James Dean
y quieres atravesar la pantalla
para besarlo. Así de simple.
Nombrar 
lo real en el presente,
hacer presente 
tu palabra en la mía
y darle realidad 
a mi palabra en la tuya.

29 de marzo de 2012

21 de marzo de 2012

Jackson Pollock

Prescindiré del tiempo
y el presente habrá de ser
un lienzo inexpugnable en que se impregnan
gota a gota
sueño a sueño
cada asombro y cada nudo
de mi conciencia.

12 de marzo de 2012

“Querer es esencialmente transitorio: se quiere hasta que se tiene. Al querer, añoro, y al tener, poseo lo añorado. Entonces, ¿dejo de querer cuando tengo?”, dijo en un tono que me pareció melancólico mientras, ajena, repasaba su maquillaje y yo terminaba de ponerme los zapatos. Afuera la estaba esperando su pololo, a quien quiso, supongo, tuvo y, concluyo de su razonamiento, había dejado de necesitar. Quién sabe qué cosa me habrá querido decir porque la mina estaba realmente loca. Seis meses después, por un amigo, supe que se suicidó en circunstancias bastante surrealistas, aunque estoy seguro de que la vi en una fiesta hace poco (y nos miramos durante menos de un segundo, pero por el tiempo suficiente para distinguir sus ojos, siempre indisciplinados por esa espera infinita que es la ausencia de voluntad).

8 de enero de 2012

Sombra

Borracho, caminó con dificultad por algunas cuadras hasta que debió sentarse. Había un pórtico de algo que en otra vida fue un palacio. Antes de dejarse caer sobre el mármol simulado de los escalones pudo ver su reflejo en un ventanal. Se vio miserable y pensó que al final, o desde un principio, somos todos así, miserables, solos, universos singulares volcados hacia sí. Por esta misma razón, al recordar el beso que le había dado a esa desconocida, lo vio como un acto tan desesperado y vano, porque la lengua jamás podrá penetrar la garganta del otro hasta acceder a esa entidad intangible que le dicen alma o esencia. Se despertó sobre una camilla, en un blanco hospital.