7 de mayo de 2009

Letanía Utópica

(“piensas que el tiempo te va a aliviar
y no te alivia
piensas que descansar te va a aliviar
y no te alivia”
Claudio Bertoni)



Creamos que tendrá que llegar un día
-al menos uno-
con sol, viento y ruido de motores
y con gente caminando y que habla con más gente
que tiene al lado en la vereda o en el lado opuesto del teléfono
y con perros indiferentes y palomas congregadas en la altura
de los edificios
Un día con nubes y bocinas
y con mendigos, estacionadores y sapos de micro
y con dueños de corbatas, trajes y vestidos sofisticados
Un día como podría ser cualquiera de los que llevamos adheridos 

a nuestro cuerpo y a nuestra memoria
pero en que no sintamos la necesidad frenética
y/o la simple inercia
de desquitarnos a portazos
de empujar a los que van más lento sólo porque la prisa 

nos lo dicta
de imaginar como esclavo al mesero o la cajera
de mirar feo, murmurar o interpelar al que se nos cruza o nos gana
un asiento
de cahuinear
de cortar intempestivamente el celular
de olvidarnos del antiguo rito del saludo y despedida
de levantarnos de mal genio cuando hay que despertarse temprano
de acostarnos de mal genio porque hay ruido o ha sido un mal día
de atacar en lugar de conversar
de ser prepotentes
de fruncir el ceño y amargarnos
de tornarnos ciegos ante la madre que se sube con su guagua 

a la micro
o ante la abuela que se sube con bolsas a la micro
o ante quien se le caen las monedas, esos discos escurridizos
o ante quien estornuda y no tiene un pañuelo
o ante quien sufre un ataque de epilepsia en un paradero

en una plaza
o ante quien no sabe dónde queda su dónde
o ante quien en definitiva necesita ayuda y no la pidecon palabras

Creamos que tendrá que llegar un día
-al menos uno-
en que podamos sonreír sólo por sentir las ganas
sin rayar en la felicidad bobalicona
que pregonan las cadenas que recibimos sin pedirlas
en nuestros correos electrónicos
Un día en que nos duela fruncir el ceño
en que nos duela el colon cuando miremos feo
en que nos duela el cráneo cuando nos amarguemos
en que nos duelan los brazos cuando empujemos a otro
en que nos duelan los talones cuando creamos que el prójimo
está por debajo de los nuestros
Un día en que podamos ser felices sólo por ser felices
sin tener que proponérnoslo forzosamente
como sugieren los manuales de autoayuda y las revistas
superficiales
Un día en que podamos ser felices durante todo su lapso
no por instantes