29 de septiembre de 2011

Ring

Hoy sonó el teléfono. El de la casa. Instantáneamente pensé en ese desagradable acto de levantarse, caminar, doblar, caminar, doblar, levantar el auricular y articular palabras. Pero no tuve que hacerlo. Al otro lado sólo había alguien respirando. ¿Aló?, insistí varias veces, sin obtener respuesta. Sólo una respiración constante. Hasta que cortó.

1 comentario:

Carlos Zarzalejo dijo...

Yo siendo tú, me preocuparía. Es un asesino en serie.