2 de septiembre de 2011

(Otro típico poema sobre Valparaíso)

¿Valparaíso? 
Valparaísos.
Una ciudad piramidal 
de cimas brillantes
y destartaladas
que observan con asombro al mar que con celo 
parece querer reclamarla para sí.  
Esa es la batalla que diariamente libra,
la de una gran nave matriz
contra la inmensidad acuática que la rodea
y contra sí misma,
contra sus adoquines, sus paredes neoclásicas, 
contra sus sinuosidades impulsivamente urbanizadas
y sus elementos precariamente perpetuos.
Cuando en realidad
ignora que sólo debe rodearla el silencio 
inmenso de los lugares hechos 
para encerrar el tiempo, 
como esas botellas que guardan 
pequeños barquitos de madera
y su inmensa soledad,
ese horizonte que nunca habrán de alcanzar. 
Tal es la batalla que guía 
desconsoladamente desde el puerto 
la salida de sus naves
y desde uno de sus cerros
la dirección de mi mirada,
algo nublada,
consternada,
precaria, inmensa, 
ingenua,
mía.

1 comentario:

Carlos Zarzalejo dijo...

Me encanta la manera como describes los escenarios. Me transportan al lugar. Saludos. Buen texto