27 de julio de 2011

Agua caliente

Cuando es invierno y la temperatura afuera hace que el pasto, los autos, los techos, el barrio y la vida se cubran de escarcha, me gusta entrar en la ducha y abrir la llave del agua caliente hasta el punto en que llega a salir gris y empieza a despedir ese vapor que transforma mi baño, el pequeño e insípido baño del siglo XXI, en un sauna lleno, lleno de esa niebla espesa y tibia. Me meto bajo el chorro hirviente de agua, y por un instante soy eterno.

No hay comentarios: