22 de mayo de 2010

Hipocresía

No me gusta la pulcritud y asepsia gélida de los baños modernos
Un minimalismo entendido a base de lo albo de los glaciares
a base de una sobriedad que no es exquisita
sino sequía absoluta de originalidad.


3 comentarios:

Ismael U. V dijo...

Mmm que observación tan peculiar e interesante, yo diría que desde la arquitectura moderna, se extiende la falta de originalidad, hacia otros campos tan inesperados, como el diseño de los baños. pero lo curioso es que hay todo un movimiento que ampara esos cambios tan vacíos, y los defienden, que le vamos a hacer?
salu2

Lorena Zúñiga dijo...

Me encantó; poesía de lo cotidiano que refleja esa asquerosa impersonalidad del baño público. Prohibidos los tubos fluorescentes en los baños caseros, ni ahí con que ahorren más. Son feos.
Un besote, Feli. Te quiero a pesar de abandonarme por el estudio, y un saludo al fantasma que vive en tu casa y te acompaña cuando estás solo.

U.B dijo...

A mí me gustan los baños antiguos, con sus porcelanas y sus movidas.